Ex fiscal general de Gustavo de Greiff  Restrepo considera que legalizar la droga es el camino

Agencia Reforma

En esta entrevista Gustavo de Greiff Restrepo, quien derrotó al cártel de Medellín en 1993, dice que una política para “Regularizar la producción y el comercio de las drogas, acompañada de campañas educativas para disminuir el consumo y aplicar tratamientos médicos a los adictos, que es en lo que consiste la legalización”, es la mejor forma de combatir el narcotráfico.

Pregunta: Los operativos ¿Por qué dice que fueron inútiles los operativos y estrategias contra el narcotráfi co que se implementaron en Colombia en 1993?
Respuesta: Me di cuenta de que nada sacábamos con matar gente, con interceptar cargamentos, con fumigar plantaciones y meter a la cárcel a narcotraficantes. El negocio es tan obsceno y produce tanto dinero, que inmediatamente son reemplazados los que se van a la cárcel o los que mueren.

P: ¿Quiere decir que no sirvieron los operativos?
R: Los operativos sirvieron mucho para matar a narcotraficantes y meter en la cárcel a otros. Nomás.

P: ¿Cuántas vidas humanas le costó a Colombia la lucha contra el narcotráfico?
R: Fueron muchos policías muertos, muchos jueces. Por lo menos, unos 2 mil muertos civiles; 200 narcotraficantes; tres líderes de cárteles, y más de 200 narcos en la cárcel y más de 2 mil personas encarceladas relacionadas con el narco.

P: ¿Cuántos jefes del narco?
R: El del cártel de la Costa Atlántica; el de la Costa Pacífica; el de Cúcuta y el más importante en ese tiempo, el de Medellín, que dirigía Pablo Escobar.

P: ¿Qué otras acciones tomaron, es decir, también hubo expropiaciones como en México contra el narcotráfico?
R: Expropiamos haciendas, destruimos laboratorios, medios de transporte, aviones y naves marítimas. Pero con la diferencia que en Colombia existía una Ley de Extinción de Dominio y una Ley de Enriquecimiento Ilícito, que tenían la ventaja de no seguir un proceso de expropiación para quitar las propiedades a los narcotrafi cantes, sin necesidad de indemnizar, que es lo que haría falta aquí en México. En Colombia se les pudo quitar muchos bienes a los narcos, no recuerdo la cantidad.

P: Nadie hace lo correcto ¿Estamos en México haciendo lo correcto con las expropiaciones y operativos implementados en Tepito?
R: Ninguno de los países está haciendo lo correcto en la lucha contra el narcotráfico. Está haciendo lo correcto en cuanto al impacto inmediato, pero eso no termina con el negocio del narcotráfico.

La guerra contra el narco fue desarrollada en forma muy enérgica hace 40 años por Estados Unidos, con el gobierno de Nixon. Han pasado más de 40 años y en todos los países que sufren de problemas del narco y consumo de drogas, los resultados son pobrísimos: no ha disminuido el consumo, ni la afluencia de drogas en el mercado.

P: El caso de México, ¿cómo lo evalúa?
R: La guerra contra las drogas sirve para quitarles los bienes, para interceptarles cargamentos, meterlos a la cárcel, pero no para acabar con el negocio. La prueba son 40 años de guerra y la producción se mantiene, los precios no aumentan, sino que disminuyen.

La solución es la legalización

P: Entonces, ¿cuál es el paso correcto o la estrategia a seguir en esta lucha?
R: Para mí el paso es que el problema del narcotráfico se solucionaría con la legalización, como regulación del consumo de la producción y comercio de las drogas, pero acompañada de campañas educativas, médicas y de salud pública para disminuir el consumo.

Y eso me trae de la mano para decirle que aquí en México hay mucho entusiasmo por las medidas represivas que el gobierno de Calderón está tomando. Esas medidas son buenas en cuanto que terminan con unas organizaciones, se mete a la cárcel a unos, se extradita a otros, pero el negocio va a continuar como ha sucedido en Colombia porque es tan bueno para los narcos que siempre encontrarán quién trafique a pesar del temor a ser apresados y las medidas represivas.

P: ¿Qué efectos negativos puede pasar con las expropiaciones?
R: Podrían perder casos al resarcir el daño a personas inocentes.

Deberían mirar el ejemplo colombiano. Ahora han viajado funcionarios mexicanos a Colombia para ver cómo le ha hecho en su guerra contra las drogas, pero no se han puesto a pensar si eso que ha hecho Colombia ha sido o no efectivo para terminar contra el narco. Ha sido efectivo en meter a la cárcel a unos cuantos; en interceptar cargamentos, en destrucción de laboratorios. Pero no ha sido efectivo en cuanto a terminar con el problema del narcotráfico.

P: Legalizar es quitar el negocio ¿Y la corrupción entre la autoridad y policías, es otro factor adicional que hace difícil la batalla contra el narcotráfico?
R: Lo peor que puede haber en este negocio es que enriquece a los narcos y corruptos. Como el negocio es prohibido necesitan la convivencia de autoridades. Si el negocio fuera legítimo, regulado por la ley, no sucedería esto.

Yo miro con simpatía y comprendo: cuando se habla de legalización, se dice que los hijos podrán tener la droga a la mano.

Pero es mal entendimiento, no es una invitación a consumir, a que se haga propaganda, es una manera de quitarles el negocio a los narcotrafi cantes y regularlo.

Es suprimir la corrupción.

P: ¿Una recomendación para las autoridades mexicanas?
R: Van por el buen camino al decir que están aplicando la ley y al decir que están metiendo a la cárcel a personas. Pero van por mal camino, como va Colombia, Estados Unidos, Perú, Bolivia, etcétera, en cuanto a terminar con el problema del narcotráfico.

Lo reconocen los mismos agentes de la DEA, ellos mismos dicen que ganarán todas las batallas contra los narcotraficantes, pero nunca la guerra. Entonces, ¿para qué estos esfuerzos terribles por el peligro que metemos a la policía, a las agencias, si la solución es la regulación? Entiendo que México, Colombia o Brasil solos no pueden legalizar, porque se volverían los malos de la humanidad. Se necesita el concurso de Estados Unidos que es el mayor consumidor de droga pero, mientras exista una teoría moralista de que las drogas son inmorales y que, por eso, hay que prohibirlas y combatirlas y llevar a la cárcel a quienes las distribuyen y consumen, no será posible.

P: ¿Cree que un país tan conservador como México impulse una legalización?
R: Lo que se debería lograr por nuestros países que sufren el problema de la producción y el comercio de la droga es promover un debate, ir sembrando la idea de que la legalización no es un invitación a consumir y tratar de mover a Estados Unidos para que cambie de política.

Cuando estuve de embajador de Colombia aquí, cuatro años, hablé mucho de legalización.

Conversé mucho con funcionarios mexicanos, me daban la razón. No puedo decir sus nombres, pero estaban de acuerdo y ninguno se atrevía a decirlo. Por eso lo dije como funcionario y por eso Estados Unidos no me quiso y emprendió una campaña cuando era fiscal en Colombia diciendo que la fiscalía era amiga de los narcotraficantes y por eso quería legalizar.

P: ¿Estamos en una lucha perdida contra el narcotráfico si no llegamos a la legalización?
R: Después de tanta sangre, dinero y vidas humanas perdidas, se podrían dedicar nuestros países a cosas mejores de lo que estamos haciendo, en lugar de estar en una lucha que está perdida como lo demuestran 40 años de guerra. Estados Unidos inició con seis millones de dólares y están ahorita en más de 13 mil 500 millones de dólares y los resultados son muy pobres.

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