No hay una evidente correlación entre las iniciativas de control de drogas de la ONU y una aparente ‘recesión’ en la economía de las drogas
El director ejecutivo de la ONUDD, Antonio Maria Costa, afirma que hay una evidente correlación entre las iniciativas de control de drogas de la ONU y una aparente ‘recesión’ en la economía de las drogas, aunque el Informe no logra documentar dicha recesión. Otros estudios sobre el mercado tampoco detectan en éste una influencia significativa de las medidas de fiscalización de drogas.
El Informe Mundial sobre las Drogas 2007, presentado el 26 de junio, con motivo del Día Internacional contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas, sufre de espejismos sobre la eficacia de la fiscalización de drogas encabezada por la ONU.
«La información inoportuna se esconde bajo la alfombra, y los datos que confirman el mensaje de éxito deseado se resaltan exageradamente. Esto refleja la posición ambigua de la ONUDD como agente político y centro de conocimientos especializados», explica Tom Blickman, investigador del Transnational Institute (TNI), un instituto de investigación sobre políticas internacionales que lleva una década actuando como observatorio de los organismos de fiscalización de drogas de la ONU y los mercados ilícitos mundiales.
La Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD) está en un dilema. En la revisión de la Sesión Extraordinaria de la Asamblea General de la ONU (UNGASS) de 1998 sobre drogas del próximo año, la Oficina desea demostrar que los compromisos para reducir la oferta y demanda ilícitas en 2008 están teniendo su impacto. No obstante, la mayoría de datos sobre oferta y demanda demuestra lo contrario.
En el prefacio del Informe, el director ejecutivo de la ONUDD, Antonio Maria Costa, afirma que hay una evidente correlación entre las iniciativas de control de drogas de la ONU y una aparente ‘recesión’ en la economía de las drogas, aunque el Informe no logra documentar dicha recesión. Otros estudios sobre el mercado tampoco detectan en éste una influencia significativa de las medidas de fiscalización de drogas. «Los niveles de producción de opio y coca no han cambiado significativamente en la última década, e indicadores como la reducción de los precios y el aumento de la pureza de la cocaína y la heroína sugieren una oferta abundante», comenta Martin Jelsma, coordinador del programa de drogas de TNI.
Los datos sobre cannabis y estimulantes anfetamínicos (EA) son tan incompletos que toda cifra no es más que un cálculo aproximado y poco fiable. El Informe evalúa la situación del cannabis basándose principalmente en el caso de Marruecos, que sólo es uno de los 164 países y territorios donde se cultiva cannabis.
«A pesar de las medidas de erradicación récord, según un estudio de la Casa Blanca, la producción de coca en Colombia aumentó por tercer año consecutivo en 2006, lo cual contradice las cifras aportadas por la ONUDD. En 2007, se espera una cosecha récord de opio en Afganistán», dice Jelsma.
En la mayoría de países europeos, según el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT), la tendencia predominante en estos 5 años ha sido un descenso de los precios en la calle del cannabis, la heroína, las anfetaminas, el éxtasis y la cocaína. La Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de EEUU (ONDCP) reveló discretamente que el precio de la cocaína en las calles estadounidenses también caía mientras la pureza aumentaba.
Aunque el Informe de la ONU reconoce problemas metodológicos para realizar una evaluación concluyente sobre la situación mundial de las drogas, opta por transmitir un mensaje de éxito sin fundamentos.
«La discrepancia entre la evaluación de la ONUDD y otros informes demuestra que no se puede esperar que la Oficina efectúe un proceso de evaluación de la situación mundial de las drogas transparente, objetivo y equilibrado, a no ser que se combine con el examen de expertos independientes», opina Blickman.
Aún así, el Informe da muestras positivas con algunos cambios de discurso. Por segundo año, la ONUDD habla de ‘contención’ del problema de las drogas y no de ‘un mundo libre de drogas’. Además, ahora parece admitir que el principal problema son los ‘usuarios de drogas problemáticos’, que es un pequeño porcentaje de los usuarios de drogas con fines recreativos.
«Contención refleja mejor la realidad, y el reconocimiento de los distintos usos es un paso importante para alejarse de la ideología de la tolerancia cero», explica Jelsma. «Es más probable que la estabilización se deba al equilibrio entre oferta y demanda creado por el mercado que a las medidas de fiscalización. Aún así, el objetivo de la contención debería ofrecer mayor margen a medidas que reduzcan los daños de las drogas en lugar de seguir centrándose en la utopía de eliminar su uso por completo.»
Lamentablemente, opina Jelsma, «en el Informe brillan por su ausencia avances en materia de políticas de reducción del daño. Por tanto, se ignoran muchas experiencias positivas de la última década en muchos países, como la reducción de muertes por sobredosis y de los contagios de VIH, logradas con iniciativas para la reducción del daño»
Comunicado de prensa, 26 June 2007